Dentro del cine mudo Fritz Lang está considerado como uno de sus representantes más valiosos. Su obra en esa etapa muda, al igual que en la sonora, está llena de obras maestras tales como «El doctor Mabuse», «Metrópolis», «Los nibelungos» o «La mujer en la Luna». Digamos que estas son sus obras mudas más conocidas, pero no las únicas que merecen el calificativo de maestras.
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El director austriaco Fritz Lang en su juventud |
«Las tres luces» ,aunque menos conocida, es otra joya languiana no menos importante. A decir de Buñuel, esta película fue la que despertó en él el deseo de rodar, de convertirse en cineasta desde el momento en que la vio. Y no es de extrañar porque tanto desde el punto de vista formal como del contenido resulta deslumbrante.
El argumento queda encuadrado en uno de los temas más recurrentes dentro de la filmografía de Lang: la lucha del hombre contra su destino. En este caso se trata de una joven que, al perder a su amado, recurre a la misma Muerte para salvarlo. Esta le da tres oportunidades de cambiar el destino trágico de tres historias de amor representadas cada una de ellas por tres velas que se van consumiendo como la vida misma. La joven fracasa en su intento de que esas tres historias no acaben trágicamente, pero el final de la película termina avalando la tesis con que se inicia: el amor es más fuerte que la muerte.
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La joven, las velas y la muerte |
Con este argumento Lang hace un homenaje a la tradición romántica alemana a la vez que reflexiona sobre un tema serio. Pero de todo ello no hay que deducir que estemos ante un film pesado o aburrido cumpliéndose así una de las máximas del director austriaco: el cine debe abordar siempre las cuestiones más serias sin aburrir. Estamos ante una película llena de aventuras, de dinamismo y con puntos de vista muy originales. Las tres historias se desarrollan en lugares exóticos ( en la corte califal de Bagdad, en el carnaval de Venecia y en la corte imperial china) y sus tramas resultan aventurescas y sorprendentes en consonancia con la tradición romántica. Por otra parte, la Muerte no se nos presenta como un personaje siniestro e implacable (pensemos en «El séptimo sello» dirigida por Ingmar Bergman), sino como un personaje trágico ya que está hastiado de cumplir con su cometido (de ahí el título alemán de la película: «Der müde Tod», cuya traducción sería «La Muerte cansada»).
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La muerte, cansada, parece sostenerse con gesto paciente sobre un bastón que puede simbolizar, a la vez, la severidad de su carácter y su fatigosa ancianidad. |
Desde el punto de vista formal sus imágenes resultan hipnotizantes por su excelente y sorprendente puesta en escena, por las soberbias interpretaciones y caracterizaciones de los actores, por los expresivos maquillajes de los personajes, por los increíbles efectos especiales en época tan temprana del desarrollo del cine y por su eficaz montaje. En el cine mudo están todos los fundamentos del cine moderno, acercarse a esta película es ponerse en contacto con sus orígenes y constatar de que el cine nació con vocación de entretener y de hacer pensar, de crear belleza y de transmitir conocimiento, de representar la vida y de preguntarse por su sentido.
Texto: Müde
Pies de foto y diseño: VS
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